viernes, 31 de julio de 2009

Las Fuentes del Sil desde La Cueta de Babia (León). Junio de 2009

Este pasado mes de junio, el Club Matacán se encontraba de expedición por el recién creado Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa (Asturias). El tiempo no fue nuestro mejor aliado, la lluvia y la niebla nos hacía imposible poder patear los montes de Teverga o Quirós, los dos concejos que forman el parque, por lo que tuvimos que adoptar una medida que hasta ahora, en las correrías por estas latitudes, nos ha funcionado muy bien: "nos vamos a León que habrá mejor tiempo".
Pues eso, una vez tomada la decisión, pasamos el Puerto de la Ventana en dirección a León los matacanes Juan, Falín, Antonio y Luis.


En el Puerto de la Ventana con Los Fontanes y Las Ubiñas a nuestras espaldas.

El panorama en el puerto era alentador, mientras Asturias permanecía bajo la tiranía de las nubes, atrapadas entre el mar y la Cordillera Cantábrica, la Babia leonesa se nos ofrecía con un cielo más benévolo que, aunque cubierto, dejaba filtrarse los rayos del sol a ratos.

Bajamos hasta San Emiliano, desde donde tomamos dirección a Villablino, recorriendo los bellos parajes de Babia. Al llegar a Piedrafita de Babia nos desviamos hacia el Puerto de Somiedo y una vez pasada la Vega de los Viejos giramos a la derecha para llegar a La Cueta, pueblecito con mucho encanto que conserva intacta gran parte de su arquitectura popular. Aquí comienza la ruta que optamos por hacer: LAS FUENTES DEL SIL.


Cartel en La Cueta que indica el inicio de la ruta

Esta ruta era una vieja deuda pendiente del Club Matacán desde que curiosamente el mal tiempo nos impidió hacerla allá por el año 2004.

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Aparcamos nuestro coche junto al bar del pueblo, y claro, después de los "dimes y diretes", y el viaje desde nuestro centro de operaciones en el bello pueblo de Cortes en el concejo de Quirós (Asturias); pues ya nos habíamos metido en la "hora del ángelus" así que aprovechamos y degustamos unas buenas raciones de aromáticos quesos, regados con vino o cerveza, según la preferencia de cada Matacán.

Una vez matado el gusanillo del estómago, emprendemos el camino hacía las Fuentes del Sil, abandonando el pueblo por una pista ganadera que asciende suavemente.






Por la pista se anda con mucha comodidad y podemos disfrutar del hermoso paisaje que nos brinda el valle. Hacemos alguna parada para escudriñar con los prismáticos los roquedales que hay a izquierda y derecha en busca de algo de fauna salvaje, que de momento resultan infructuosos.
De manera muy cómoda vamos ganando altura.



Atravesamos el río por el puente de Bustusil para llegar un poco más adelante a la majada del mismo nombre.



Después de la majada de Bustusil la pista se convierte en sendero y el río se encajona un poco. Al otro lado del río, a nuestra derecha, vemos la fuente Bocanegra.


Fuente Bocanegra

Desde aquí ya comenzamos a apreciar con mayor claridad la presencia de los picos de Las Morteras al fondo.



Un poco más adelante la senda se bifurca y nos desviamos a la izquierda tal y como indica la señalización.



Una vez ganada un poco de altura desembocamos en las praderas de cebolleo, donde recibimos la visita de algunos habitantes de la zona. Especial atención tuvimos con una oveja que encontramos solitaria y que nos dejó un tanto preocupados, pues daba la sensación de estar bastante aturdida. Después de algún comentario jocoso seguimos camino y la dejamos allí abandonada a su suerte.





Las praderas de Cebolleo son un paraje espectacular. Con la Sierra de las Morteras al fondo, estas praderas de pasto fresco, ofrecen sustento y refugio al ganado.


Praderas de Cebolleo y Picos de la Morteras


Praderas de Cebolleo y la Machadina

Desde que salimos de la Cueta había transcurrido aproximadamente 1 hora.
Aquí nos separamos del cauce del río que gira en dirección SE hacía la majada Abeséu, donde vuelve a encajonarse formando rapidos y saltos de agua. Nosotros rodeamos, bajo la atenta mirada de un mastín que nos vigilaba tumbado en el prado, las cercas para el ganado por su parte N, para siguiendo las indicaciones tomar rumbo E y subir a la majada de Covalancha. Esta edificación es un refugio abierto con chimenea.



Desde aquí, tras una pequeña subida, llegamos al puerto de Covalancha, desde donde tendremos una esplendida vista del río y su entorno.


Puerto de Covalancha


Puerto de Covalancha

En un paraje tan maravilloso se abren todos los sentidos y nuestros estómagos empezaron a hacerse notar. Lógicamente nos acomodamos en la yerba y dimos buena cuenta del chorizo, pan y queso que llevábamos en nuestras mochilas, acompañado con vino tinto, sólo falto la siesta.

Tras este rato de asueto continuamos la marcha, las vistas eran fantásticas con el Montihuero (2187 m.) al fondo y el Cuetalbo (2079 m.) a nuestra izquierda.


Puerto de Covalancha con el Mortihuero al fondo

En las laderas del Cuetalbo tuvimos la suerte de disfrutar del avistamiento de un rebaño de rebecos, pudimos incluso hacerle fotos, sin duda se sentían totalmente a salvo de nosotros en esos riscos.



Diez minutos después llegamos al puerto de Cuetalbo, desde aquí divisamos el Collado la Cueña al SE, detrás está la Laguna de las Verdes y el valle de Tremeo, y al NE el objeto de nuestra visita, las praderas de Cuetalbo, donde se encuentran las fuentes más altas del río Sil, en la base de Peña Orniz (2194 m.).


Nevero en las praderas de Cuetalbo con Peña Orniz al fondo

Los pastizales por donde desciende el recién nacido Sil estaban salpicados de neveros que contribuían a alimentarlo. Pudimos disfrutar, deslizándonos y jugando por los neveros más grandes conforme los íbamos superando.







Habíamos empleado 4 horas, hasta llegar a la base de Peña Orniz. Desde aquí se puede alcanzar el collado de Orniz, subir a la cima de la peña y disfrutar de unas impresionantes vistas de la Cordillera Cantábrica desde Los Ancares hasta Los Picos de Europa, con el valle de Somiedo al NO, Las Ubiñas al E, y el Montihuero y la Laguna de las Verdes al S.

En poco tiempo las condiciones meteorológicas empeoraron bastante. Hacía rato que el cielo estaba cubierto, confiábamos en que siguiera así y no empeorara, pero no fue así; se levantó un fuerte viento y empezó a llover. Dudamos un rato y ante la insistencia de la lluvia y que el panorama no era alentador, decidimos ir bajando hacia el puerto de Cuetalbo. Una vez allí y ante las malas perpectivas, tuvimos que abandonar la idea de subir al collado la Cueña para ver las vistas de la Laguna de las Verdes y el valle de Tremeo.

Realizamos la bajada a la Cueta a buen paso, sin detenernos, a pesar de que la lluvia ceso, pero la perspectiva de descansar en el bar del pueblo con un buen botellín de cerveza frío era suficiente para no demorarnos en el camino.
La matacanada de la jornada se produjo precisamente en el bar, donde el Matacán Antonio se omnubilo tanto comprando regalos para sus retoños y esposa que olvidó su mochila en el establecimiento, afortunadamente la pudo recuperar dos días más tarde, aunque no fue la única prenda que perdió en este viaje.

De vuelta a Quirós pudimos disfrutar del magnífico espectáculo que nos ofreció la naturaleza en el Puerto de Ventana.


Teverga desde el Puerto de Ventana

Teverga desde el Puerto de Ventana


Peña Rueda desde el Camino Real de Puerto Ventana

Nos esperaba la cena para poner la guinda a un gran día.

3 comentarios:

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  2. Extraordinario crónica, matacán, con pelos y señales. Esto se va pareciendo poco a poco a un blog serio.
    Saludos desde Ordesa, enclave excepcional pero masificado en esta época.

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  3. Gracias, matacán.
    Poquito a poco iremos dándole contenido, ilusión no falta.
    Disfruta de los Pirineos, y traete material fotográfico, que se esperan tus entradas pirenáicas con mucho interes.
    Salud.

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