martes, 4 de octubre de 2011

Berrea en Sierra Morena

Esta entrada no estaba pensada ni mucho menos para ser subida a la red, pero sopesándolo un poco, aunque las fotos son de ínfima calidad sacadas con mi rudimentario teléfono móvil, nunca se sabe si a alguien al que le interese el tema y viva por estas latitudes, le pueda venir  bien la información.
Se trata de un corto pero gratificante paseo para poder observar el celo del ciervo. Una berrea accesible, cómoda, nada que ver con la dificultad que entraña la que se da por la cordillera cantábrica, donde los venados se apostan en intrincadas laderas que exigen de un esfuerzo considerable para poder observarla, pero que no por ello vamos a renunciar a uno de los espectáculos más impresionantes que nos brinda la naturaleza.
El truco de esta sencilla excursión es que hablamos de una finca, Cortijo el Berrocal, propiedad de la Junta de Andalucía en el término de Almadén de la Plata (Sevilla),  de una extensión de 7.481 hectáreas, que se dice pronto, que a pesar de tener vallado su perímetro, como desgraciadamente ocurre en la inmensa mayoría de Sierra Morena, tiene una cancela permanentemente abierta como consecuencia de que es Camino de Santiago, que la atraviesa de sur a norte a lo largo de 12 kilómetros por un paisaje, primero, de jaras, lentiscos, encinas y alcornoques típicos de Sierra Morena,  y un pinar de repoblación después, antes de enfilar hacia Almadén de la Plata. Nosotros, en esta ocasión, sólo tendremos encinas y alcornorques por compañía.

 Imagen tomada del blog www.desevillaasantiagodecompostela.blogspot.com

Esta entrada a la finca está en el kilómetro 4 de la carretera que une las localidades serranas de Castilblanco de los Arroyos y Almadén de la Plata. Si se va en dirección hasta Almadén, la entrada queda a mano derecha de la carretera y es inconfundible por dos grandes tinajas que hay delante de la cancela, que aunque permanezca cerrada (está prohibido el paso a los vehículos a motor), tiene una puertecita lateral siempre abierta, como hemos señalado anteriormente. Además, también hay una señal identificativa del camino de Santiago, con la concha característica.

 Paisaje que nos acompará durante el recorrido

 Ciervas confiadas junto a las casas forestales

Pues bien, desde este punto hasta el mirador habilitado para escuchar y observar la berrea habrá, calculo, unos 4 kms.. Tardamos ¾ de hora aproximadamente a buen paso. Antes se pasa por unas casas forestales donde están efectivos del plan Infoca, además de la guardería de la finca. Unos 20 minutos llevamos desde que empezamos a andar hasta este punto. De aquí al mirador, otros 20 minutos aproximadamente.
Un corto sendero que parte a la derecha y abandona el camino de Santiago nos asciende hasta este mirador, donde pudimos disfrutar de lo lindo padre e hija, de una berrea en pleno apogeo, con continuas carreras de los ciervos que ya poseían su harén particular para ahuyentar a cualquier otro individuo que osara acercarse a sus dominios.

Vista nada más pasar las casas forestales

Justo en medio el cerro donde nos apostaremos

 Desde el mirador, y en dirección norte, también podemos disfrutar de un muladar donde se daban cita cientos, y digo bien, de buitres leonados, algunos negros y algún que otro alimoche.







El próximo capricho, sin duda, será un adaptador para poder fijar la cámara digital al telescopio, y poder mostrar el espectáculo vivido.

Los protagonistas de la presente historia

En definitiva, cómoda excursión por un bonito paisaje de bosque mediterráneo accesible a cualquier persona con una condición física de lo más normal.

viernes, 29 de julio de 2011

Majada Llaete (Valle de Sajambre)



Describimos una ruta fácil e increíblemente bella en su tramo final, que se inicia en el pueblo de Pío y que nos lleva hasta la majada Llaete, que se extiende en bucólica estampa, tras coronar el collado del mismo nombre.
La pista parte de la zona baja del pueblo, dejando un grupo de casas a nuestra derecha y cruzando el arroyo Zarambral. Nosotros hacemos la trampilla de subir con el 4x4 un buen trecho por una zigzagueante pista que va ascendiendo a través de un tupido hayedo, dejando el coche justo antes de una barrera que impide el paso de los vehículos a motor, salvo para usos ganaderos de los paisanos. Es un último repecho, aparentemente corto, pero de empinadas cuestas. Este último tramo nos lleva aporximadamente unos ¾ de hora, en los que hay que parar de cuando en cuando para coger aire.
Las vistas del valle a nuestra izquierda son espectaculares. Poco a poco la pista se va acercando hasta el collado Llaete, al que llegamos extenuados por las últimas rampas, pero un hormigueo especial se apodera de nosotros al imaginarnos lo que puede haber al otro lado… Y, efectivamente, las vistas no dejan indiferente a nadie, pues unas praderías con el ganado pastando en ellas, coronadas por una serie de picos, el hayedo desparramándose hasta la verde pradería..., conforman una visión bucólica, digna de la mejor postal alpina que uno pueda imaginarse.


Desde aquí, las posibilidades para seguir haciendo senderismo son infinitas…, pero como siempre que salen excursiones ajenas a las que realizamos con el grueso del Club Matacán, las obligaciones familiares mandan y tenemos que volver a una hora decente para no mosquear demasiado a la familia, no sin cierta rabia por no estar al menos un par de horas más por este paradisiaco y poco conocido entorno del Valle de Sajambre, alejado del “bullicio” de otras zonas más concurridas como Vegabaño, cercano al hermoso pueblo de Soto de Sajambre.


La distancia hasta la majada desde Pío son unos 5 kms aproxidamente siguiendo la pista. Esta excursión fue realizado en julio de 2011 por el Gran Matacán y un servidor.










Sierra de la Culebra

 

Dejamos constancia de la estancia por unos días en la zamorana Sierra de la Culebra, del matacán Antonio en compañía de varios sportinguistas de pro y cuasi matacanes por el entusiasmo mostrado en las esperas, especialmente de Alberto, que disfrutó de lo lindo rastreando el monte en busca del lobo, aunque sin suerte, pero teniendo la oportunidad de contemplar venados, jabalíes, corzos, rapaces y, en definitiva, haciendo crecer en su interior la semilla del amor por la naturaleza.
Más suerte tuvo su padre, Javi, quien en compañía de un servidor, pudo avistar con sus prismáticos a dos lobos en la pista de Linarejos.
Dejamos dos imágenes del trío mencionado en uno de los puntos habituales de observación del cánido en la sierra.

jueves, 22 de abril de 2010

"Los lobos aún lloran" Vídeo homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente

Este estupendo vídeo es parte de un especial que la web nosoyundominguero.es ha dedicado a la figura de Félix Rodríguez de la Fuente en el 30 aniversario de su muerte. Desde aquí queremos sumarnos al homenaje que en estos días se le viene haciendo a la memoria de este maravilloso naturalista, que supo como nadie despertar la conciencia ecológica en España.

Nuestro deseo es que su mensaje nunca se pierda.


Nosoyundominguero.es: Los lobos aún lloran from Tres Tréboles on Vimeo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Laguna Negra y Picos de Urbión (Soria)


Vamos a describir una conocidísima, bella y fácil ascensión realizada en el verano de 2006 desde la evocadora y literaria Laguna Negra que popularizó Antonio Machado, de la que decía no tener fondo, hasta el pico Urbión, en la provincia de Soria, que tuvimos la oportunidad de realizar en uno de estos días de vacaciones familiares el Gran Matacán, su cuñado Juan Antonio y un servidor.



Es una ruta que en verano es bastante frecuentada, de hecho con el coche no puedes avanzar más allá del Paso de la Serrá, donde hay una barrera que impide el paso de los vehículos a motor. Para los más perezosos, hay un autobús que cada media hora te lleva hasta la misma base de la Laguna Negra (1.761 mts). Casi dos kilómetros separan el aparcamiento de la laguna, para los que prefieran caminar por una pequeña carretera asfaltada.
La belleza de la laguna es innegable, aunque una pasarela que bordea todo su perímetro le resta, en mi opinión, algo de autenticidad a tan hermoso lugar.


Después de quedarnos embelesados con la singular belleza de este paraje, empezamos a ascender por la izquierda por una senda bien marcada que zigzagueando, y siempre con unas espectaculares vistas de la Laguna Negra, en una media hora te lleva hasta La Portilla (1.850 mts.), no sin cierto esfuerzo.


La senda continúa paralela al precipicio al que se desploma una pequeña cascada que alimenta a la laguna.


Pronto coge dirección noroeste por unas praderías en la que es una auténtica delicia cruzar los numerosos regatos que te vas encontrando y que te lleva hasta otra laguna, más pequeña, denominada Laguna Larga.





Siguiendo el sendero que rodea esta laguna y tras una pequeña ascensión, el pico Urbión se muestra ya en todo su esplendor (2.229 mts.), aunque como suele ocurrir en estas escapadas veraniegas, el tiempo (no el meteorológico, sino el que te impone la jefa) jugaba en nuestra contra.
Así pues nos quedamos con las ganas de concluir como se merecía esta ascensión. Otra vez será, pues el sendero se presumía fácil hasta su cima. A buen paso, desde la Laguna Negra en unas 2,30 h. calculo que se puede coronar el Urbión.

martes, 18 de agosto de 2009

Subida a Peña Rueda. P.N. Las Ubiñas-La Mesa (Asturias). Junio de 2009

El 26 de junio de 2009 nos encontrábamos en tierras quirosanas, en el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa (Asturias), los matacanes Antonio, Falín, Juan y Luis.
Era nuestro tercer día por estos lares y no habíamos tenido buena suerte con el tiempo, incluso tuvimos que "emigrar" a tierras leonesas, hasta las Fuentes del Sil, para poder caminar por el monte a lo grande, sin que nos parara la pertinaz niebla.
Por fin amanecía bastante despejado y decidimos subir a Peña Rueda (2152 m). Éramos bastante optimistas y se nos notaba a la hora de desayunar.


Desayuno en el Hotel Restaurante Melchor (Cortes).

Después de cambiar impresiones y recibir las expertas indicaciones de María Antonia y Melchor, dueños del establecimiento donde nos alojábamos, el Hotel Restaurante Melchor, en el bello pueblo de Cortes (lugar de origen del santo asturiano San Melchor de Quirós), nos dirigimos en coche hasta el siguiente pueblo del valle, Lindes. En este punto, después de un breve viaje de 2 Km, termina la carretera que sube desde el pueblo de Santa Marina, cruce de carreteras desde donde se puede llegar a Oviedo ya sea a través de Proaza y Trubia por la AS-228, o por Pola de Lena tras cruzar el Alto de la Cobertoria en la AS-230.



Iglesia de Lindes

El coche se puede estacionar sin problemas en las proximidades de la iglesia de Lindes, donde, si es necesario, podemos aprovisionarnos de agua.
La subida a Peña Rueda la acometimos los matacanes Antonio, Juan y Luis, el Matacán Falín se desmarcó de la excursión, prefiriendo realizar una de sus rutas a caballo que tanta crítica levantan en el seno del club, quizás un día de estos nos sorprenda con la publicación de un blog sobre rutas ecuestres por los montes ibéricos...



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Partimos de la calle principal de Lindes (900 m.) hasta llegar a las últimas casas donde encontramos un cartel informativo de la ruta.


Lindes.



Avanzamos por un camino carretero que cruza las cuadras de Coaña y pasa junto a una fuente con abrevadero. Aquí el camino se convierte en un sinuoso sendero que va subiendo por las revueltas de El carrilón hasta llegar a una bifurcación señalizada con sendas flechas indicativas.


Bifurcación Puertos de Agüeria - Peña Rueda.

A la izquierda prosigue el camino que asciende hacia la Sierra La Cándana en dirección a los Puertos de Agüeria. Nosotros tomamos el camino de la derecha, remontando los recuestos de las estribaciones orientales de Peña Rueda, hasta llegar a Manín Fonderu, conjunto formado por varias cuadras de piedra.


Valla en Manín Fonderu.

Giramos a la derecha y tras atravesar una valla de madera nos adentramos en un bosque de magnificas hayas, por el que avanzamos con dificultad debido a la abundancia del barro producido por las lluvias de los días anteriores. Una vez superado este pequeño pero impresionante bosque llegamos a Manín Cimeru donde hay una cabaña solitaria junto a un abrevadero.


Manín Cimeru.


Manín Cimeru.

Avanzando un poco más entre hayas, alcanzamos los prados de la Vega de Manín, desde donde tendremos ya una buena vista de Peña Rueda. Es imposible no pararse a disfrutar de la belleza de este lugar, desde donde podemos ver el desfiladero de la Foix Grande, las Sierras de La Cándana y Redonda, Peña Arpín, parte del Macizo de Las Ubiñas y la cabecera del Valle del Lindes.


Macizo de Las Ubiñas desde Manín Cimeru.

Desde que salimos de Lindes habíamos empleado 1 hora y 15 minutos.


En la Vega de Manín.

Encontramos ganado vacuno alimentándose en estos verdes e idílicos prados, a la vez que asistimos a la demostración de lo que es el circulo de la vida, cuando nos topamos con el cadáver de una res muerta unos días antes, que ahora formaba parte de la alimentación de otros seres vivos.


Cadáver de una res devorada por los buitres en la Vega de Manín.

El sendero, marcado con mojones de piedras apiladas, acomete una dura subida en dirección O, contra los derrumbes pedregosos de los contrafuertes de Las Becerreras, introduciéndonos por el embudo de la Vallina Grande hasta la plataforma inferior.


Subiendo desde la Vega de Manín.


Vallina Grande.

Nos costó 40 minutos ganar la plataforma inferior. El merecido descanso que nos habíamos ganado, se vio recompensado con las maravillosas vistas que se nos abrían ante nuestros ojos, disfrutando del mismo paisaje que habíamos visto en la Vega de Manín, pero desde una posición aún más privilegiada, que nos permitía alcanzar con la vista incluso el Cordal de Lena y la Sierra del Aramo.


La Vega de Manín desde la Vallina Grande.

Por delante nos quedaba el final de la subida, la parte más dura de la excursión.


Peña Rueda (derecha) desde la Vallina Grande.

Hasta la cima, se puede subir por la derecha recorriendo el Cuchillar de Rueda. Nosotros, después de sopesarlo, elegimos la opción que nos habían aconsejado Melchor y María Antonia, tomando rumbo SO por el crestón meridional cuyas empinadas paredes vierten a la Foix Grande.


Subiendo por la vallina Grande. Detrás el Valle del Lindes y al fondo La Sierra del Aramo.

Sudando la gota gorda por el esfuerzo alcanzamos Los Antiojos (1925 m.) y desde aquí pudimos disfrutar de la serena belleza de los Puertos de Agüeria y la rotundidad y grandeza del Macizo de las Ubiñas.


Los Antiojos (1925 m.)


Los Puertos de Agüeria y el Siegalavá (2131 m.) desde Los Antiojos.

Las condiciones meteorológicas eran desde hacía rato cada vez peores, la cima de Peña Rueda permanecía oculta bajo la niebla, pero a pesar de todo seguimos subiendo por la cresta cimera, albergando la esperanza de que despejara un poco y nos permitiera llegar hasta arriba. Después de 20 minutos de subida desde la base de la Vallina Grande llegamos a El Vaso de Rueda (2096 m.). Desde aquí la vista del Macizo de Las Ubiñas se hacía difícil, ya que las nubes habían cubierto rápidamente las cumbres.


Los Puertos de Agüeria y las Ubiñas desde el Vaso de Rueda.

A pesar de todo seguíamos teniendo esperanzas de continuar ya que las nubes se movían rápidamente y confiábamos en que apareciera un claro que nos permitiera llegar a la cima. Decidimos hacer una pausa y esperar, así que nos acomodamos y relajadamente disfrutamos de la visión de los Puerto de Agüeria.


En El Vaso de Rueda.

3 horas y 45 minutos después de partir de Lindes, en vista de las circunstancias, y tras tomar la preceptiva foto de grupo, decidimos tirar la toalla; la niebla no sólo no remitía, sino que subía rápidamente por la ladera desde la base de la Vallina, lo que hacía bastante inseguro seguir allí arriba.


Matacanes en El vaso de Rueda.


La temida niebla hizo acto de presencia en Peña Rueda.

La sensatez y la prudencia son compañeras inseparables del Club Matacán por lo que comenzamos a bajar a buen paso asumiendo una deuda con estos parajes que esperamos poder saldar en una próxima visita.


Bajando por la Vallina Grande con la niebla como compañera.

Afortunadamente, al llegar a la base de la ladera se disipó la niebla, aunque arriba en la cima seguía cubierto. Esto nos hizo tomarnos las cosas con calma y pararnos a degustar las viandas que llevábamos en la mochila.


Vallina Grande de Peña Rueda.

Tras el descanso reparador y con la panza rellena, optamos por aprovechar el tiempo pateando un trecho por las crestas de Las Becerreras, antes de bajar a la Vega de Manín por el mismo camino que habíamos hecho en la subida.


En la Vallina Grande con el desfiladero de la Foix Grande al fondo.

Desde aquí realizamos el camino de vuelta hasta Lindes en unos 45 minutos. Nos hubiera gustado haber vuelto desde la cima de Peña Rueda atravesando los Puertos de Agüeria y bajando por el desfiladero de la Foix Grande para llegar definitivamente a Lindes, pero en esta ocasión los elementos no estuvieron a nuestro favor.
Como no hay mal que por bien no venga, el hecho de terminar esta excursión temprano nos dio la posibilidad, de que, una vez aseados en Cortes, pudiéramos disfrutar del resto de la tarde y la noche en Bárzana, capital del concejo de Quirós, dónde pasamos un rato agradable conversando con Loli, que hace del trabajo de facilitar información turística a los visitantes de la zona un arte, con su buen hacer y simpatía. Desde este humilde rincón le mandamos saludos y nuestro agradecimiento por lo maravillosamente que nos atendió. En el Ayuntamiento quirosano pueden estar satisfechos de contar con tan excelente profesional en sus filas.
La noche se cerro con una copiosa cena, acompañada de buena atención, y regada con buen vino y copas varias. Qué más se puede pedir...


Punto de información de Bárzana (Quirós). ¡Muchas gracias Loli!

viernes, 31 de julio de 2009

Las Fuentes del Sil desde La Cueta de Babia (León). Junio de 2009

Este pasado mes de junio, el Club Matacán se encontraba de expedición por el recién creado Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa (Asturias). El tiempo no fue nuestro mejor aliado, la lluvia y la niebla nos hacía imposible poder patear los montes de Teverga o Quirós, los dos concejos que forman el parque, por lo que tuvimos que adoptar una medida que hasta ahora, en las correrías por estas latitudes, nos ha funcionado muy bien: "nos vamos a León que habrá mejor tiempo".
Pues eso, una vez tomada la decisión, pasamos el Puerto de la Ventana en dirección a León los matacanes Juan, Falín, Antonio y Luis.


En el Puerto de la Ventana con Los Fontanes y Las Ubiñas a nuestras espaldas.

El panorama en el puerto era alentador, mientras Asturias permanecía bajo la tiranía de las nubes, atrapadas entre el mar y la Cordillera Cantábrica, la Babia leonesa se nos ofrecía con un cielo más benévolo que, aunque cubierto, dejaba filtrarse los rayos del sol a ratos.

Bajamos hasta San Emiliano, desde donde tomamos dirección a Villablino, recorriendo los bellos parajes de Babia. Al llegar a Piedrafita de Babia nos desviamos hacia el Puerto de Somiedo y una vez pasada la Vega de los Viejos giramos a la derecha para llegar a La Cueta, pueblecito con mucho encanto que conserva intacta gran parte de su arquitectura popular. Aquí comienza la ruta que optamos por hacer: LAS FUENTES DEL SIL.


Cartel en La Cueta que indica el inicio de la ruta

Esta ruta era una vieja deuda pendiente del Club Matacán desde que curiosamente el mal tiempo nos impidió hacerla allá por el año 2004.

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Aparcamos nuestro coche junto al bar del pueblo, y claro, después de los "dimes y diretes", y el viaje desde nuestro centro de operaciones en el bello pueblo de Cortes en el concejo de Quirós (Asturias); pues ya nos habíamos metido en la "hora del ángelus" así que aprovechamos y degustamos unas buenas raciones de aromáticos quesos, regados con vino o cerveza, según la preferencia de cada Matacán.

Una vez matado el gusanillo del estómago, emprendemos el camino hacía las Fuentes del Sil, abandonando el pueblo por una pista ganadera que asciende suavemente.






Por la pista se anda con mucha comodidad y podemos disfrutar del hermoso paisaje que nos brinda el valle. Hacemos alguna parada para escudriñar con los prismáticos los roquedales que hay a izquierda y derecha en busca de algo de fauna salvaje, que de momento resultan infructuosos.
De manera muy cómoda vamos ganando altura.



Atravesamos el río por el puente de Bustusil para llegar un poco más adelante a la majada del mismo nombre.



Después de la majada de Bustusil la pista se convierte en sendero y el río se encajona un poco. Al otro lado del río, a nuestra derecha, vemos la fuente Bocanegra.


Fuente Bocanegra

Desde aquí ya comenzamos a apreciar con mayor claridad la presencia de los picos de Las Morteras al fondo.



Un poco más adelante la senda se bifurca y nos desviamos a la izquierda tal y como indica la señalización.



Una vez ganada un poco de altura desembocamos en las praderas de cebolleo, donde recibimos la visita de algunos habitantes de la zona. Especial atención tuvimos con una oveja que encontramos solitaria y que nos dejó un tanto preocupados, pues daba la sensación de estar bastante aturdida. Después de algún comentario jocoso seguimos camino y la dejamos allí abandonada a su suerte.





Las praderas de Cebolleo son un paraje espectacular. Con la Sierra de las Morteras al fondo, estas praderas de pasto fresco, ofrecen sustento y refugio al ganado.


Praderas de Cebolleo y Picos de la Morteras


Praderas de Cebolleo y la Machadina

Desde que salimos de la Cueta había transcurrido aproximadamente 1 hora.
Aquí nos separamos del cauce del río que gira en dirección SE hacía la majada Abeséu, donde vuelve a encajonarse formando rapidos y saltos de agua. Nosotros rodeamos, bajo la atenta mirada de un mastín que nos vigilaba tumbado en el prado, las cercas para el ganado por su parte N, para siguiendo las indicaciones tomar rumbo E y subir a la majada de Covalancha. Esta edificación es un refugio abierto con chimenea.



Desde aquí, tras una pequeña subida, llegamos al puerto de Covalancha, desde donde tendremos una esplendida vista del río y su entorno.


Puerto de Covalancha


Puerto de Covalancha

En un paraje tan maravilloso se abren todos los sentidos y nuestros estómagos empezaron a hacerse notar. Lógicamente nos acomodamos en la yerba y dimos buena cuenta del chorizo, pan y queso que llevábamos en nuestras mochilas, acompañado con vino tinto, sólo falto la siesta.

Tras este rato de asueto continuamos la marcha, las vistas eran fantásticas con el Montihuero (2187 m.) al fondo y el Cuetalbo (2079 m.) a nuestra izquierda.


Puerto de Covalancha con el Mortihuero al fondo

En las laderas del Cuetalbo tuvimos la suerte de disfrutar del avistamiento de un rebaño de rebecos, pudimos incluso hacerle fotos, sin duda se sentían totalmente a salvo de nosotros en esos riscos.



Diez minutos después llegamos al puerto de Cuetalbo, desde aquí divisamos el Collado la Cueña al SE, detrás está la Laguna de las Verdes y el valle de Tremeo, y al NE el objeto de nuestra visita, las praderas de Cuetalbo, donde se encuentran las fuentes más altas del río Sil, en la base de Peña Orniz (2194 m.).


Nevero en las praderas de Cuetalbo con Peña Orniz al fondo

Los pastizales por donde desciende el recién nacido Sil estaban salpicados de neveros que contribuían a alimentarlo. Pudimos disfrutar, deslizándonos y jugando por los neveros más grandes conforme los íbamos superando.







Habíamos empleado 4 horas, hasta llegar a la base de Peña Orniz. Desde aquí se puede alcanzar el collado de Orniz, subir a la cima de la peña y disfrutar de unas impresionantes vistas de la Cordillera Cantábrica desde Los Ancares hasta Los Picos de Europa, con el valle de Somiedo al NO, Las Ubiñas al E, y el Montihuero y la Laguna de las Verdes al S.

En poco tiempo las condiciones meteorológicas empeoraron bastante. Hacía rato que el cielo estaba cubierto, confiábamos en que siguiera así y no empeorara, pero no fue así; se levantó un fuerte viento y empezó a llover. Dudamos un rato y ante la insistencia de la lluvia y que el panorama no era alentador, decidimos ir bajando hacia el puerto de Cuetalbo. Una vez allí y ante las malas perpectivas, tuvimos que abandonar la idea de subir al collado la Cueña para ver las vistas de la Laguna de las Verdes y el valle de Tremeo.

Realizamos la bajada a la Cueta a buen paso, sin detenernos, a pesar de que la lluvia ceso, pero la perspectiva de descansar en el bar del pueblo con un buen botellín de cerveza frío era suficiente para no demorarnos en el camino.
La matacanada de la jornada se produjo precisamente en el bar, donde el Matacán Antonio se omnubilo tanto comprando regalos para sus retoños y esposa que olvidó su mochila en el establecimiento, afortunadamente la pudo recuperar dos días más tarde, aunque no fue la única prenda que perdió en este viaje.

De vuelta a Quirós pudimos disfrutar del magnífico espectáculo que nos ofreció la naturaleza en el Puerto de Ventana.


Teverga desde el Puerto de Ventana

Teverga desde el Puerto de Ventana


Peña Rueda desde el Camino Real de Puerto Ventana

Nos esperaba la cena para poner la guinda a un gran día.